jueves, 8 de julio de 2010

Mañana.


Quiero una mujer distante que entienda que mandar un mensaje es relegar el orgullo un rato.
Quiero que me sorprenda ese sonido de espontaneidad ese golpear de ladrones, tristes por robar.
Quiero que me digas, “ahora yo quiero un beso”.
Quiero un beso, pendeja, basta de orgullo. Y que después digan lo que quieran
La locura se va, la negrita sigue tomando, y yo sigo en el mensaje que no va a llegar nunca.
Que mierda esto de ser deseo-dependiente.

Mañana me mudo, hoy elijo como guardo en esas cajas, pasado vuelvo, y el domingo me suicido.
Mañana entiendo, pasado te toco y me pierdo y el domingo vuelvo a fichar en el trabajo.
Mañana sigo.

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