sábado, 31 de julio de 2010

Jubilados del Ser.

y que importa si voy en un rato a la fiesta de todos?
para ese entonces yo ya no seré el mismo, tal vez en ese momento ya no suene Serú en mi memoria.
vos te equivocás, a vos te hablo mundo de palabras y prejuicios.
leda, no queremos ser lo que somos, esa es la única mano que queremos que nos toque.
y cuando alguien me nombre alguien que quiere ser quien es, se acaba el chiste.
porque después vienen todas las pelotudas convenciones, las mentiras de que yo soy lo que quiero ser, en ese punto o sos un gilazo o tenés ganas de quemarle la cabeza al pobrecito otro.

yo diría que el 99 es de gil y el uno es de cínico, porque haciendo una radiografía de la boludez, somos tal para cual...
hoy escribo todo así, con faltas, con poca ganas de sintaxis, porque me parece que el debate mayor se da en ese punto, en la forma y y en el contenido, mierda carajo.
no sos un vidrio, ni soy un espejo, somos puro desear, y poco reflexionar.
discuto a muerte con la idea de que haya una cata, feliz inconexa, y tranquila, no por querer negarla en su cuna de oro y caricias justas, y en procesos exactos, en instituciones pródigas, eso es cata, y eso existe.

discuto con que cata, está ahí para tentarnos con la idea de que es real, cata no es más que nuestros anhelos convertidos en motor. Con que cata exista, con eso discuto, es como dios a mi tía, como freud al feligrés del diván, solo una idea, un imaginario ficcional, como tinelli a josé audiencia.
El lobo queridos amigos, es uno mismo. Y cuando pretendemos no ser infelices, estamos negando la característica unificadora del hombre, el desasosiego.
nadie, Nadie, puede escaparle a desear ser algo más cuando hay que ser menos.
Bauhaus, menos es...


a alguien podrá importarle que no vaya hoy de Marquitos? no creo, a alguien podrá importarle no ir de Marquitos? no, a Marquitos podrá importarle no estar como marquitos en su propia casa? no.
porque no somos nada, cuando pretendemos ser algo firme, porque creemos que somos Marco del cuadro que pintan sobre nuestra vida.
no somos esencia, no somos inalterables, no somos verdad ni recuerdo.
y cuando elijo si me baño o si me duermo, elijo concienzudamente sobre que voy a desayunar mañana, en eso está la verdad, esa puta paz, ese cantar de gorriones imaginario sobre la lápida de nuestras pulsiones.

No querido, no hay plus, ni hay vida después de la muerte, porque no la hubo tampoco cuando era vivida.
que queda entonces? para que seguir escribiendo notas en el fuckbook, o leyéndolas, o estudiando materias, textos polvorientos, o laburando para juntar plata y poder laburar mejor, o mirando la tele imaginando ser la tele, o depositando el no ser en el hijo que viene impoluto, liberado del pecado original, y del pescado alucinante...que queda? eso que está entremedio de lo definible, eso...ESO... es la vida que viviremos.
hasta que no nos guste ser jubilados de lo que no pudimos ser.

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