domingo, 26 de diciembre de 2010

(8) Doble Círculo del diario de viaje.

Círculo.




Hay millones de ideas sobre esta, la figura geométrica perfecta.

Hace unos días que me da vueltas, sí ya sé... esta cuestión.

Si pudiera darle música a un círculo, le pondría una vidala, a lo sumo una baguala.

También es una ciencia saber todos los cortes de carne que hay, de una vaquita sacan una variedad increible de golosinas.

Ponele que caminás al lado de la góndola del Disco, a mí me pone un poco para abajo, no sé, la sangre que cae al estilo catarata de monedas en el casino, los precios sobre el bicho destripado, algo ahí me hace un poco mal.

No te voy a decir que dejo los envases de birra y me vuelvo a casa corriendo, pero me jode.

También me jode en la caja tener que escuchar diálogos de los compradores y sus parejas escondidas en otra parte. Yo imagino que discuten y "el otro" está escondido en el pasillo de los detergentes.

Círculo.

Desde el primer trén a $10.60, clase "única". Hasta este viernes que vuelvo al puerto del mar por un riel o cinta de moebius.

Hoy en un taller ridículo escuché una frase algo así: la sabiduría no está en saltar pasos desde el principio, sino en darlos a su tiempo, sólo para volver al principio y poder entenderlo para empezar a caminarlo de nuevo.

Diría que es una frase cuasi perfecta, si la desmenuzamos (como a las carnes en la vidriera helada), está ahí la raíz de varias teorías, paradigmas, creencias y otros asesinos.

Círculo y calor. Cerveza y mudanzas.

Un flete sale con cosas, y vuelve sin nada.

No podría ser fletero o peón, sería como vivir en una trinchera.


Un punto es el que cierra el círculo, le permite dar una vuelta, le da una entidad,

qué es un círculo el instante antes de serlo?


Hay ideas que viajan por los años, recuerdo Ubi Sunt, recuerdo A dónde van?, recuerdo el sueño que me contó Satán que era igualito (según nos contó Ararat), a una enseñanza de Don Juan.

Algo hay en esa brisa. Nadie puede explicarlo, ergo, no hay nada...
Yo creo que sí.

Círculo. Y una mujer, o todas juntas, en una regresión al vientre ahogado.

Cada idioma tiene sus fortalezas. She es mejor a ella. Y mierda es mejor que cualquier traducción en el espacio o tiempo.

Parque Rivadavia, Balvanera, Caballito, Villa Crespo, Parque Centenario, Almagro y después? Villa Crespo de nuevo. Hay un círculo complejo de explicar ahí.

Mandinga desea: yo quisiera ser el tiempo.

Yo deseo no recordar mi nombre, ni dónde voy a estar, ni dónde voy a ir, ni el amor que nos íbamos a dar.
Esa la última vez que nos vimos.
Esa última vez que deseamos dar algún amor.
Esa última vez que vimos al círculo dibujarse.


Círculo. Hola, vengo golpeada por mis decisiones. Hola, yo estoy buscando decidir.
Qué tal? quiero ser dibujada por manos firmes. Qué tal? quiero ser al menos un dibujo.
Cómo te va? ando sola y una caricia me hace sonreir. Cómo te va? ando sonriendo solo.
Acá, tranquila, buscando. Acá, no tan tranquilo, pero también buscando.

Dicen que los primeros dibujos no son árboles, ni casas, ni mamás, ni corazones, son nerviosos Círculos.


Yo creo que hay placer, hay plenitud, hay algo así como felicidad, cuando uno relaciona algo anterior lejano con lo que está viviendo ahora y los ve encajar, los ve coincidir.

Eso para mí, es el círculo.





jueves, 25 de noviembre de 2010

Ni de aquí, ni de allá. Diario de viaje.



Me gustan los que se callan y me gustan los que cantan.

Y de tanto andar conmigo, me gusta lo que me pasa.

Me pasan cosas como esta…

Aunque no tenga importancia andar contándole a todos,

todas las cosas que me pasan.

Porque uno no vive solo y lo que a uno le pasa, le está sucediendo al mundo.

Única razón y causa.

Por eso si hay uno, hay dos.

Supe del diablo la noche que al hambriento dije “no”.

Ando solo por la vida y con un tono dominante,

modestamente cantor, sin pretensión de enseñar.

Porque si el mundo es redondo, no sé qué sigue adelante.

Andar y andar, siempre andando, nada más que por andar.

No vine a explicar al mundo, solo vine a tocar.

Y no quiero juzgar al hombre, al hombre quiero contar…

Mi condición es la vida y mi camino, cantar.

Es mi manera de andar.

Un día llegué a Tandil y conocí a un anciano,

que a falta de inteligencia se le dio por ser muy sabio.

Le pregunté por el amor al lindo viejo y ahí mismo lo conocí,

cuando me alcanzó un espejo.

Yo bailo con mi canción y no con la que me toca,

Yo no soy la libertad, pero sí, él que la provoca.

Si ya conozco el camino pa’ qué voy andar al costado?

Si la libertad me gusta pá qué voy a vivir de esclavo?

Elegir.

Yo siempre elijo, más que por mí, por mi hermano.

Y si he elegido ser águila, fue por amor al gusano.

Prefiero seguir a pié y no en caballo prestado.

Alguien por una manzana va siempre quedando a un lado.

Siempre se llega primero él que va más descargado.

El día que yo me muera no habrá que usar la balanza,

Pues pa’ velar a un cantor con una milonga, alcanza.

Doy la cara al enemigo, la espalda al buen comentario,

Pues él que acepta un halago, empieza a ser dominado.

El hombre le hace caricias al caballo, pa’ montarlo.

Perdón si me propasé y me puse moralejo.

Nadie puede dar consejos, no hay hombre que sea tan viejo.

Me pongo el sol al hombro y el mundo es amarillo.

Me gusta andar pero no sigo el camino,

pues lo seguro ya no tiene misterio.

Me gusta ir con el verano bien lejos, pero volver donde mi madre en invierno.

Y ver los perros que jamás me olvidaron y los caballos y los abrazos que me dan mis hermanos.

Me gusta. Me gusta. Me gusta.



Saltar paredes y abrir las ventanas.

El mar mojándome los pies.

En bicicleta perseguir a Manuela.

Con todo el tiempo para ver las estrellas.



No soy de aquí, ni soy de allá, no tengo edad ni porvenir.

Ser feliz es mi color de identidad.






Frases: Facundo Cabral (con algunas salvedades que el maestro sabrá entender...)

Fotógrafa: Arianne Sodero Calvet.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La tarima del vacío multinacional.

Sentado sobre la madera que cruje y sangra.
Cuál es tu deseo más profundo?
Crear. Y tal vez, reconstruir.
Las voces se pisan, se mezclan banales.
Suenan miles de teléfonos, la gente habla de cosas que no tienen ningún sentido.
Sentado sobre la sombra de lo que no quiero ser.
Qué te gustaría hacer?
Cuando no hay dudas y hay preguntas, estamos jodidos.
Pocos piensan en las causas reales de sus sufrimientos.
Tienen ansiedad, se deprimen, están enojados, siempre enojados.
Si la pregunta no es la correcta, la respuesta profundizará el error.
Sentado en la alfombra llena de parásitos invisibles.
Cómo te imaginabas que sería tu vida?
 No me acuerdo.
En cualquier lugar menos en esta tarima de maderas huecas.
Hay un tipo canoso que quiere ser rubio que sonríe sin mueca, sin gesto.
Y me miente sabiendo que no le creo, por simple sadismo.
Con quien te gustaría estar?
Con un manojo de amigos, algunos de mis progenitores, y con vos.
Cubículos inverosímiles amontonados reciben a seres que no quieren ser bienvenidos.
Que se apoyan contra sus mentones, y sobreviven lejanos de su vida.
Recibir órdenes ilógicas, reproducir y mantener un orden cínico.
Ese es el designio de la mayoría de nosotros. Y no nos quejamos.
Nos educaron para que aceptemos, y aceptamos.
Estamos arriba de la tarima, abajo y martillando sus clavos oxidados.
Nunca reflexionando sobre sus cimientos de cartón.
Da igual, todos estamos esperando que las maderas se quiebren, por el peso del aire.
Ilusos.
Insisto, qué te gustaría hacer y ser?

lunes, 15 de noviembre de 2010

Ana y Otto. Sexto día del viaje.


Otto: Es bueno que las vidas tengan varios círculos, pero la mía, mi vida, solo ha dado la vuelta una vez y no del todo...falta lo más importante.
He escrito tantas veces su nombre dentro. Y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo.
Cómo acabará este viaje?

Ana: Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta, estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande. Y eso que las he tenido de muchas clases. Sí, podría contar mi vida uniendo casualidades.
Me encanta que haga frío.
Un beso. Si me oyes, mándame tú otro.

Otto: Mi vida estaba ciega, comprendí que por dejarla ir, me había quedado sin destino.

Ana: Esta noche te espero, mirando al sol.
¡Venga valiente, salta por la ventana!

La casualidad que estábamos esperando…

Otto se quedó de pie mirándola de tal forma que ella sintió que le pedía perdón, por todo. Y así era, porque Otto se prometió en silencio que si ella lo perdonaba, la llevaría a un país en paz, para cuidarla toda la vida.

Nuestros nombres se pueden leer igual, por el principio y por el final…

Los ojos de Ana. Otto en los ojos de Ana.

Mis ojos y vos en ellos.

Cómo acabará este viaje? Salta por la ventana, valiente!

sábado, 6 de noviembre de 2010

Paranoia. Quinto día del viaje.

Eso de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir…
Estuve de paseo por mi barrio de niño, por las calles del ayer, por los amigos de la infancia.
Por la familia que siempre estará ahí, aun cuando yo ya no esté.
Hay tanta conciencia sin saber, adormecida.
Me traje en la maleta gigante que fue cargada y supuestamente volvía vacía, una palabra.
Algo que sentí en esta ciudad in-feliz.
Paranoia.
La placita sucia, horrible y hermosa donde jugaba de niño, no existe más, es hoy un jardín religioso muy prolijo.
Los pasillos que conectaban los edificios de mi manzana, donde jugábamos hasta que no veíamos más que penumbras y sombras, al “Drácula”, no existen más.
Son parcelas, de parcelas, de cemento y rejas.
La canchita atrás de mi escuela primaria, donde cualquiera trepaba y jugaba a la pelota, donde se “mezclaban” nenes de clase alta, otros que no teníamos demasiado y los chicos de la villa.
Esa canchita no tiene más “acceso”. Está tapiada y llena de alambres de púa en sus muros, como una cárcel, pero de afuera para adentro. No hay más de conocer valores diferentes.
 En conclusión nefasta, los pibes, los vestiditos de doce años, ya no juegan libres en las calles del puerto, no corren, no conocen eso de parar solo para comer y dormir, no comparten sus increíbles experiencias con los amiguitos de la cuadra.
Sus papás están preocupados, tienen miedo, cierran con doble llave, con rejas, con candado y alarmas estúpidas. Los nenes quedan del lado de adentro, encerrados en un microclima de sepulcro anti-inseguridad (es).
Y miran mucha tele, y juegan mucho a no jugar (virtuales sudores corren por sus frentes viciadas del aire familiar).
Y observan a los papás insultar, enojarse por todo, deprimidos y sin ningún sentido en sus (seudo) vidas, llenas de muchos compromisos, cuentas para pagar, y graves problemas que no entienden, o entienden demasiado.
Yo pregunté por ahí, por qué se cerraban los pasos en las veredas, las calles, los barrios. Y la respuesta fue inmediata y unidireccional. “vos sos loco (o pelotudo), no ves el PELIGRO que hay en la calle?”
Me quedé muy triste, porque crecer en esta realidad de cartón pintado está formando jóvenes más prejuiciosos, miedosos, reprimidos, enojados aun, de lo que ya venimos siendo en este enrejado país.
Paranoia. Parafernalia.
Teatro de revista del inconsciente.
No.
No es honrar la vida.
Alguien baila frente a otros y estos miran para otro lado avergonzados.
Otro canta sin pudor algo que le salió de adentro y alguien lo mira con odio.
Unos se besan enamorados, eternos, y una señora se ruboriza y se enoja por tanto decoro.
Ya no es el miedo hacia ese “otro” de algún país limítrofe o alguna provincia lejana y morocha.
Cada vez está más cerca el “enemigo”. Se empiezan a tapiar ventanas, ventiluces, se tapan espejos con ladrillos huecos.
Se ponen candados en las mesitas de luz, se sellan con pegamento las sábanas siempre limpias.
Se construyen casas con el frente en el fondo.  Y el patio se tapa con lana electrificada.
Se ponen alarmas satelitales en la ropa interior.
Y solo se habla del tiempo, aunque últimamente está tan “politizada” la meteorología, que mejor no hablar de NINGUNA cosa.
Habría que soldar las incubadoras y tapiar los ataúdes en vida.
Habría que dejar de respirar, tanto virus en el aire…
Paranoia y callejón zona peligrosa.
En qué momento cerraron la celda desde adentro?
Paranoia. De adentro para afuera.  Y en el medio? Queda algo?

Hay tantas maneras de no ser…

viernes, 29 de octubre de 2010

Deseos ineluctables. El cuarto día del viaje.

(Hoy voy a hacer un ejercicio que me da mucho placer, a raíz de los primeros párrafos del diario de viaje, un gran amigo poeta comentó con sus particularmente bellas frases. Luego “alguien”, no sabemos quién es, nos dejó sus palabras también, de una justeza inquietante.
Todo esto me empujó a seguir escribiendo a modo de diálogo con mi amigo (Planeta Trampa), y con Anónim@.
Esto quedó de ese encuentro destellante.)


Principio del viaje (...!?) [Giramundo] a ningún lugar. Que no sean espirales en trampa, y escalera a lo lejano (Futuro Incierto?)

Se desviste tu ciudad, querido amigo.

De los "Tal Vez" se desprenden tanto los "Siempre" como los "Nunca" [Never!]. Es un punto medio, la arista de la moneda que no quiere caer, que hoy no quiere "cara" ni "cruz". Ahora es hoy, somos aristas. Dos identidades (Y a una he de matar, o será devorado...!).

Planeta Trampa

Ella es. Giramundo. Hoy voy sin pagar peaje, ni cara ni cruz. El principio del delito. Y ella. Testigos de ciudad ODNUMARIG

Lector Anónimo.

Esta brisa de metáforas disímiles, este encuentro fugaz de guiños del sentido.
Lleva hoy a viajes. Al mío, al de ella, al de todo aquel que esté dispuesto a soltar para poder abrazar toda la vida.
Invita a remontar deseos ineluctables.
Delante de la mirada. Cerca de las manos.
Guiando los pasos.
Se desvisten los testigos, la moneda cae parada, y ahí queda,
de canto y girando como un mundo, como la suma de todas las ciudades posibles y muchas más.
Las (supuestamente) necesarias, las imaginarias des-ciudades, las derruidas (finalmente!) y las del futuro, que no existen ni lo harán como ciudades, sino como jaulas.
Todas ellas no son nada, son maquetas de cartón, si se las mira por el cristal lúcido del abismo y el piélago.

En cambio ella sí, Ella es.



 El blog de Planeta Trampa:
http://enlaplanetatrampa.blogspot.com/

jueves, 28 de octubre de 2010

Luto y preocupación.


Iba a escribir una nota hoy sobre la muerte de Nestor, lo que se viene y aclarar un poco los tantos de lo que se hizo y lo que pienso yo sobre lo que se hizo.
Porque estoy asqueado de escuchar deseos autoritarios transformados en dogmas apocalípticos, declaraciones hipócritas, sobre todo de los sectores más retrógados, perversos o simplemente (tragicamente), ignorantes y pelotudos aprendices de Grondona y las corporaciones (todas ellas), mediáticas, empresariales, financieras, sindicales, religiosas y sus soldaditos infames en la política.

Pero leí lo que publico a continuación, y como en tantas otras veces, alguien lo había escrito mejor.
Este texto de Mempo se acerca casi hasta rozarlo a mi sentir y pensar sobre este suceso.

Saludos.
Intentemos (una vez más), sacar conclusiones basadas en la reflexión y la escucha de voces diversas. Tratemos de no abrir la boca y comer ese pastiche asqueroso molido y semidigerido que nos quieren poner en la boca....

Vestidos de Ciudad.

Ante el fallecimiento del ex Presidente Néstor Kirchner
Néstor y lo que se viene

Por Mempo Giardinelli

Escribo esto en caliente, en la misma mañana de la muerte anunciada de Néstor Kirchner, y ojalá me equivoque. Pero siento dolor y miedo, y necesito expresarlo.
Pienso que estos días van a ser feísimos, con un carnaval de hipocresía en el Congreso, ya van a ver. Los muertos políticos van a estar ahí con sus jetas impertérritas. Los resucitados de gobiernos anteriores. Los lameculos profesionales que ahora se dicen "disidentes". Los frívolos y los garcas que a diario dibujan Rudi y Dany. Todos ellos y ellas. Caras de plástico, de hierro fundido, de caca endurecida. Aplaudidos secretamente por los que ya están emitiendo mailes de alegría feroz.
Los veremos en la tele, los veo ya en este mediodía soleado que aquí en el Chaco, al menos, resplandece como para una mejor causa.
Nunca fui kirchnerista. Nunca vi a Néstor en persona, jamás estuve en un mismo lugar con él. Ni siquiera lo voté en 2003. Y se lo dije la única vez que me llamó por teléfono para pedirme que aceptara ser embajador argentino en Cuba.
Siempre dije y escribí que no me gustaba su estilo medio cachafaz, esa informalidad provocadora que lo caracterizaba. Su manera tan peronista de hacer política juntando agua clara y aceite usado y viscoso.
Pero lo fui respetando a medida que, con un poder que no tenía, tomaba velozmente medidas que la Argentina necesitaba y casi todos veníamos pidiendo a gritos. Y que enumero ahora, porque en el futuro inmediato me parece que tendremos que subrayar estos recuentos para marcar diferencias.
Fue él, o su gobierno, y ahora el de Cristina:
—El que cambió la política pública de Derechos Humanos en la Argentina. Nada menos. Ahora algunos dicen que estar "hartos" del asunto, como otros criticaron siempre que era una política más declarativa que otra cosa. Pero Néstor lo hizo: lo empezó y fue consecuente. Y así se ganó el respeto de millones.
—El que cambió la Corte Suprema de Justicia, y no importa si después la Corte no ha sabido cambiar a la justicia argentina.
—El que abrió los archivos de los servicios secretos y con ello reorientó el juicio por los atentados sufridos por la comunidad judía en los '90.
—El que recuperó el control público del Correo, de Aguas, de Aerolíneas.

—El que impulsó y logró la nulidad de las leyes que impedían conocer la verdad y castigar a los culpables del genocidio.
—El que cambió nuestra política exterior terminando con las claudicantes relaciones carnales y otras payasadas.
—El que dispuso una consecuente y progresista política educativa como no tuvimos por décadas, y el que cambió la infame Ley Federal de Educación menemista por la actual, que es democrática e inclusiva.
—El que empezó a cambiar la política hacia los maestros y los jubilados, que por muchos años fueron los dos sectores salarialmente más atrasados del país.
—El que cambió radicalmente la política de Defensa, de manera que ahora este país empieza a tener unas Fuerzas Armadas diferentes, democráticas y sometidas al poder político por primera vez en su historia.
—El que inició una gestión plural en la Cultura, que ahora abarca todo el país y no sólo la Ciudad de Buenos Aires.
—El que comenzó la primera reforma fiscal en décadas, a la que todavía le falta mucho pero hoy permite recaudaciones récord.
—El que renegoció la deuda externa y terminó con la estúpida dictadura del FMI. Y por primera vez maneja el Banco Central con una política nacional y con record de divisas.
—El que liquidó el infame negocio de las AFJP y recuperó para el Estado la previsión social.
—El que con la nueva Ley de Medios empezó a limitar el poder absoluto de la dictadura periodística privada que todavía distorsiona la cabeza de millones de compatriotas.
—El que impulsó la Ley de matrimonio igualitario y mantiene una política antidiscriminatoria como jamás tuvimos.
—El que viene gestionando un crecimiento económico de los más altos del mundo, con recuperación industrial evidente, estabilidad de casi una década y disminución del desempleo. Y va por más, porque se acerca la nueva legislación de entidades bancarias, que terminará un día de estos con las herencias de Martínez de Hoz y de Cavallo.
Néstor lo hizo. Junto a Cristina, que lo sigue haciendo. Con innumerables errores, desde ya. Con metidas de pata, corruptelas y turbiedades varias y algunas muy irritantes, funcionarios impresentables, cierta belicosidad inútil y lo que se quiera reprocharles, todo eso que a muchos como yo nos dificulta declararnos kirchneristas, o nos lo impide.

Pero sólo los miserables olvidan que la corrupción en la Argentina es connatural desde que la reinventaron los mil veces malditos dictadores y el riojano ídem.
De manera que sin justificarle ni un centavo mal habido a nadie, en esta hora hay que recordarle a la nación toda que nadie, pero nadie, y ningún presidente desde por lo menos Juan Perón entre el 46 y el 55, produjo tantos y tan profundos cambios positivos en y para la vida nacional.
A ver si alguien puede decir lo contrario.
De manera que menudos méritos los de este flaco bizco, desfachatado, contradictorio y de caminar ladeado, como el de los pingüinos.
Sí, escribo esto adolorido y con miedo, en esta jodida mañana de sol, y desolado también, como millones de argentinos, un poco por este hombre que Estela de Carlotto acaba de definir como "indispensable" y otro poco por nosotros, por nuestro amado y pobrecito país.
Y redoblo mi ruego de que Cristina se cuide, y la cuidemos. Se nos viene encima un año tremendo, con las jaurías sedientas y capaces de cualquier cosa por recuperar el miserable poder que tuvieron y perdieron gracias a quienes ellos llamaron despreciativamente "Los K" y nosotros, los argentinos de a pie, los ciudadanos y ciudadanas que no comemos masitas envenenadas por la prensa y la tele del sistema mediático privado, probablemente y en adelante los recordaremos como "Néstor y Cristina, los que cambiaron la Argentina".
Descanse en paz, Néstor Kirchner, con todos sus errores, defectos y miserias si las tuvo, pero sobre todo con sus enormes aciertos. Y aguante Cristina. Que no está sola.
Y los demás, nosotros, a apechugar. ¿O acaso hemos hecho otra cosa en nuestras vidas y en este país? •

Mempo Giardinelli

http://cosario-de-mempo.blogspot.com

sábado, 23 de octubre de 2010

Elipsis (...) del diario de viaje.

Y te imagino dando vueltas en el vecindario.


Todo se vuelve difícil, pesados cuando no estamos convencidos del camino.
La desilusión,  sentirse defraudado,  me parece que son mareos.
Si yo te amo, y vos me amás, el resto puras excusas.
Tantas veces en mi vida quedé paralizado sabiendo que tenía que hacer (o no hacer) tal cosa.
Tantas veces estuve dormido, estupidizado por la familia, la propiedad privada y el (supuesto) amor.
A veces por decir de más, otras por no aclarar, siempre algo falló en mis decisiones.
Pero hoy no, hoy no. Y aun así vuelvo a fracasar en mi puesta en escena del deseo.

Coco dice que, todo mal siempre viene por un bien, Fito lo contradice porque todo lo que te hace bien, siempre te hace mal.
Lo que es seguro es que cambió mi vida para siempre, por lo que fue y será.
Alguna vez escribí que con el amor no alcanza a veces, hoy creo que mentí, o por lo menos, me equivoqué.
El amor, el que es de posta, sí alcanza (y recontra sobra), el resto se acomoda por las buenas o por las malas para dejarnos ser compañeros en plenitud y sal.
Esta de ahora es una elipsis,  un brazo que me miró arrancar anteayer y me tironeó un poco hacia atrás, nada más. Estoy medio derrotado, pero mañana se me pasa. Como espero que se te pase a vos mañana también, y todos los que estamos medio “así”.

Los invito a quienes estén leyendo esto…         que…                frenen,       parate ahí turrito!   

un segundo…            

y piensen en una persona.         UNA  sola.           

Esa persona…            

por la que dejarían de pestañear durante un rato largo.

Sí, de esa hablo…

Se apareció?

Bueno, a los más Suertudos (o sabios), que la tienen cerquita; los invito ahora a que la acaricien, pero no con la mano, con la mirada, muy lentamente, hasta erizarle la piel a ella (o él), y también, ya que están de paso, al futuro.

A los Masomenos, los que la tienen a veces, sin embargo, tal vez, o casi,  que está, pero no tanto. Bueno si se apareció en esa visión, es porque la querés cerquita, ya que no pueden tocarla con los ojos cuando quisieran, bueno, a ver que relegás  (jugatela no seas gilastrun!), para acercarla y sentirle la respiración…

A los Casi nunca, lo que pasa es que me tiene ahí, no me da bola, siento que me usa… l@ amo zarpado, pero no estamos en la misma; en este caso es complejo, porque puede suceder que no dependa de ustedes tener a esa persona cerquita, habrá que rever los ideales y los porqués de amar a alguien que no te corresponde, puede ser terreno de Sigmund o del simple azar (con ese yo no me meto…).

A los No, y bueno querid@ a repartir de nuevo, a ver si la próxima te veo en una de las anteriores, con vos no hay nada que decir o pensar, ya vos lo hiciste vos en demasía, basta de idealizar y a vivir un poquito, para marear la costumbre.

Ya lo dijo Celeste, dame amor, dame tu corazón, dame tiempo para respirar que está muriendo el sol, dame música para crear una nueva canción. Lo demás?  NO IMPORTA.

Vuelvo a mí (ah, te habías ido? No me di cuenta en ningún momento), que es lo que más nos interesa, no?

Soy una moneda con lo mejor y lo peor, y como todos saben la moneda cae (a la larga), las mismas veces de un lado que del otro.
Hoy quiero empezar a desechar ese azar críptico. Quiero darte la mano y cuando no tenga tacto, soltarla un ratito y remojarla en agua con sal.
No puedo soportar hoy que estés mal por mis acciones, no puedo afrontar que te sientas desilusionada, que te haya defraudado, cuando sos el mundo que deseo conservar cerca.
Creo que aun tal vez pensás en mí (por qué fito metió “piensas”? quería entrar al mercado venezolano…)
Entendés?  Se entiende?
Ahí está la cuestión, no, no entiendo nada. Eso es lo que me pasa.
Naty W. dice que tiene pocas opciones, pero en realidad, me dice, son todas. Todas las opciones están ahí.
Todo está abierto Vestidos.
O cerrado amiga.
Cuando me dijiste que en un rato caía “él”, te envidié, porque daría todas las notas de VdeC porque cayera “ella” hoy.

Hoy no me voy a andar con rodeos, ni metáforas (¿?), hoy todo es simple, ubiqué a mi deseo, o al menos a mi no-deseo, y empecé pasito a paso a caminar mirando al frente.
Pero no, claro! Como iba a ser fácil vestidillo!
Bueno, yo me quedo acá, cerca, sí, anduve dando vueltas por la ciudad, y?
Vos sabés que no puedo ni salir de Almagro sin volver a vos.
Aunque pueda etiquetar hasta al diablo y a vos solo darte un toque.

Vamos juntos? No voy a ir a ningún lado, pero definitivamente voy a (quiero) ir con vos.

Las palabras (me) hacen falta (trampa).
Las palabras son mi única forma hoy (tal vez ayer también), con las que puedo decirte que te amo.

Siempre es bueno tener una pausa, una elipsis, un corte, para ubicar lo imprescindible en el viaje.




jueves, 21 de octubre de 2010

El segundo día del Viaje.

(les dejo un poemita que le escribí a una chica allá por septiembre de 2002, es medio naif, pero me gusta, es parte de este diario de viaje)

Una hoja al alba.

Una hoja en la tormenta,
Deseo de paz que se arremolina,
Inmenso bosque que invita al descanso;
Cuando el viento ensordece los sentidos.
Perturbada la frágil hoja elige,
Desecha sueños y anhelos en su cobardía
Y se lanza a la quietud del árbol
Escapándose así de su encadenada libertad.

Otra hoja en la tormenta observa,
Descubre que la tranquilidad del bosque
Es un simple espejismo de la inseguridad,
Reniega de su humanizada compañera
Y cargada de ficticia rebeldía elige,
Grita en medio de la tormenta,
De tanto gritar ya ni escucha al viento
Y se lanza a su eterna soledad.

Tantas  hojas duermen a la sombra
De los árboles que las retienen, que las
Alejan de tormentas y cambios.
Tantas otras vagan por las corrientes
Buscando un poco de quietud,
Libres de árboles y atrapadas por tanta libertad.
Cada hoja elige, con diferentes motivos
Regalando euforia, o tranquilidad; y
Las cuestiones las guían en lo desconocido.

Imagino pues, esa tercera hoja que se largó
Del árbol y el abrigo;  que herida por
Las ráfagas incontenibles danzó en su tormenta
Y que fascinada por los misterios buscó y
Hoy sigue haciéndolo, ese rincón, ese paraíso
Aquel lugar que reúne hojas solitarias
Y les renueva humedad y finales.

Sin darme cuenta la sigo, comprendiendo que no escapo,
Ni me escondo,
Sueño hallarla, que me bese desnuda,
Quizás tomando mi mano se lance al vacío;
Y tal vez descubramos que no es
Más que ese soñado rincón,
Y es nuestro.


"La sabiduría de la vida consiste en eliminar lo que no sea esencial"  Lin Yutang.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El primer día del Viaje.

 



 En el rincón de un viejo muro
Totalmente inmóvil
Una araña gorda acecha

Maté una araña
¡Soledad
de noche fría!

Cuando para de cantar
Y vuela Al fin vemos a la cigarra

MASAOKA SHIKI


Hoy es el primer día de este nuevo viaje. Hoy bajé la mochila, no voy a guardar nada aun, pero es bueno tenerla a la vista. Ya se dibuja el horizonte lejos de Almagro, pero en este barrio empieza mi viaje. Los ojos se dieron vuelta para adentro, para aprender a mirar hacia adelante. Los posibles destinos se mezclan, bailan frenéticos, cogen con los ojos bien abiertos. Se aman con todas las luces prendidas, las ventanas abiertas contagian a las vecinas pudorosas. Allá a lo lejos me esperan seres desconocidos, lugares perdidos y voces amistosas y sabias.

Hoy comienza esta aventura, esta odisea melancólica. Ya tengo a mano un cuaderno de viaje que se llenará, rebalsará de cuentos fantásticos. Cuando era chico escribí sobre la prisión del alma y su opuesta y complementaria libertad del alma. Que pierde un hombre cuando deja cosas que no tienen valor alguno?Hay dos ojos imaginarios y negros que me guiarán por veredas fantasmales y rutas desoladas.

La tela de la araña grotezca, casi perfecta cedió, se cortó en una de las puntas y me dejó moverme un poquito. En ese imperceptible cambio vi desde este rincón mugriento la luz que entraba por la ventana. También vi la mirada muerta de mil moscas atrapadas. Parecían hasta contentas de ese descanzo pegajoso, cómodo que antecede a su muerte. Observé con mucho miedo a la gorda araña que desgarraba víctimas sin apuro, mientras comía decía "muchachos, somos todos dueños de nuestro destino, dueños, repetía mientras morfaba sin hambre.

Pero esta historia comienza antes, ya no recuerdo el día que quedé atrapado. Lo cierto es que la dueña de ese supermercado de mártires inconscientes nos hablaba a nosotros sus prisioneros inertes, nos decía que estábamos ahí en su tela por una razón, que si nos sacrificábamos estábamos dando sentido al mundo. Hacía metáforas de máquinas y redes y telas de araña, son dueños, son libres, partes, engranajes, eslabones de este mundo mágico que he tejido para ustedes. Mientras tanto, comía y cagaba. Sonreía, su carisma casi hipnótico (no les voy a negar), me conmovió durante un rato largo.Era contradictorio pero todos los que estábamos atrapados, cazados, creíamos el cuento de la meta compartida, no reflexionábamos. La araña decía, si bueno, yo los voy comiendo, pero me van a negar que no están más calentitos cómodos acá que volando, sufriendo las corrientes del viento impredecible?Yo cada tanto me hamacaba, sentía como una angustia constante de saberme próximo banquete del monstruo, pero como dije antes, no reflexionaba demasiado. Ya había olvidado como era el mundo fuera de la tela, que me acariciaba suavemente mientras me iba atrapando cada vez más hasta dejarme casi sin movimiento. Qué mirada más seductora tenía esa asesina, hasta daban ganas de ser devorado por esos dientes afilados, ser ahorcado por esas garrar peludas y poéticas. Así estuve un tiempo largo, había tenido la suerte de quedar atrapado en uno de los bordes más lejanos de la tela. Lo raro de esa triste comunidad de víctimas, es que nadie se hablaba entre sí, nadie se miraba, todos teníamos la vista puesta allá en el centro, donde nuestro verdugo engordaba cada día más. Yo una mañana me desperté después de soñar que era una polilla atrapada en la red, pero al parir a la mariposa que había crecido toda la noche en mi interior me iba volando, y disfrutaba, me sentía pleno sobrevolando mi baboso hogar, miraba desde arriba a la araña que enloquecía al verme escapar, ya no era dulce ni empática, me mostraba las garras, me acerqué lo suficientepara observar a los mil hijitos que tenía en el vientre, comían las migajas de papá y crecían a pasos agigantados, claro! por eso somos tantos pegoteados, tiene que alimentar a su descendencia, la entendí, aun así mientras la saludaba irónico emprendí un vuelo rasante. Lo más paradójico es que el resto de los insectos atrapados en vez de alegrarse por mi libertad, me insultaban, se enojaban conmigo, le pedían a la araña cazalo! traelo de vuelta! y al moverse tan histéricos se sometían más. Quedaban furiosos pero petrificados esperando su destino terrible.

Así me desperté esa mañana, que justamente es la mañana de hoy. Miré a mis costados y empecé a reconocer a la gente, estaban mis viejos, algunos compañeros de la escuela, otros del laburo. Una profesora de la facultad, dos conductores de televisión. Quise convencerlos que si hacíamos peso para un lado todos juntos, la tela tenía que ceder. Nadie me dio bola, me miraban como a un loco, un niño, un pelotudo. Al principio me enfurecí, trataba de convencerlos, de forjar una escapatoria para todos. Después me agoté, me sentí rendido. Me quedé nuevamente dormido pero solo unos segundos, los suficientes para volver a ser mariposa libre. Desperté con la clave para mi fuga. Ya les conté que estaba agarrado en uno de los límitesde ese sillón de poxiran. Me quedaba poca movilidad y utilicé todas mis fuerzas empujándome hacia el borde, casi no pude moverme, pero quedé con mi mano izquierda afuera de la cárcel. Había visto cientos de veces a la araña recorrer sus condominios, como desfilando por sus invisibles hilos de titiritero caníval. No hacía fuerza para moverse, se resbalaba por la baba. Imitando ese movimiento asqueroso y con mi mano de escribir afuera pude soltarme un poco más. Pero ahí quedé, con un brazo afuera pero eternamente atrapadoLa desolación fue total, cuando entendí que solo no iba a poder. Y peor aun, conciente de que ese baile macabro no era la mejor opción para vivir o morir. Ahí vino mi golpe de suerte, vi acercarse a la mariposa de mi sueño, volando distraída. Le grité con toda mi fuerza. Guarda con la trampa! justo a tiempo para que zafe de caer en la tela, Me sonrío agradecida, tenía los ojos más oscuros y hermosos que jamás había visto, y con un gesto tierno me señaló una de sus alas amarillas. Agarrate de acá pibe, si hacemos fuerza entre los dos te vas a poder soltar.

Y la tela cedió. Me libré de los últimos restos de baba-pegamento y le pegué un grito a la gorda hija de puta esa morfona que estaba reposando panza arriba. Me saludó conteniendo la bronca. Ya vas a volver a caer soretito! miré a todos lados a los prisioneros insomnes, nadie me prestó atención, salvo un pibe que tenía ojos brillosos como de ternura y tristeza, le sonreí, estaba seguro que iba a encontrar la manera de salirse también. Cuando ya estábamos lo suficientemente lejos de las fauces de la araña, me relajé, la mariposa bella volaba con una perfección que me embriagó. Le di las gracias, me devolvió mi alma, me soltó la mano izquierda y me dijo. Volá pibe! aprendé a usar esas cositas multicolores que tenés ahí atrás. La despedí contento, ella se fue por ahí, nos vemos pronto, alcancé a escuchar. Moví mis alas dormidas, torpes y emprendí mi vuelo, que tal vez nos vuelva a cruzar en algún momento.Este viaje que empieza hoy y vaya uno a saber donde terminará.     

Vestido de Ciudad.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Nunca o tal vez uno de estos días.

Un pan dulce y un poco de vino, ya que no puedes comprar...



Este verso es para vos, nada se debe, pero me parece que vos leerás.
Y al leer, tendrás ganas de darme un beso y sonreírme.
O de corregirme con dulzura.
Nos acercará un deseo, y eso siempre es más digno que el silencio atragantado.

Se fue bye bye vaya a saber con el tiempo quiera volver.

Cuantos más pasajes reservo, menos ganas de irme me dan.
Y caminando por ahí, entre plaza y parques llenos, te veo.
Te escucho llamarme desde el agua del laguito
que alguna fue mugriento y principio de todo esta odisea.

El justiciero y cuatro hijos no nacidos, con hambre y poco porvenir.
Paga lo que debes, maldito odiado de ciudad.
Ya vendrán las grises musas a hablarme mal de vos.
Y en tu viaje en el tiempo Juan Salvo te va contar de mí.

Rubén Darío le habla a mi niña y ella escucha mi canción de fondo.
Para mi vieja, el malo soy yo.
Y para mi viejo no sé, no me cuenta mucho que piensa.
No había forma que pueda perder dice Edu, tiene razón.

No podré huir si estoy vestido de ciudad.

Te regalé mi mochila y no la aceptaste, pero hoy es distinto.
El sol sale de mi lado, y se muere del tuyo.
Dice Macarena que somos españoles queriendo conquistar.
Yo digo que a ella y a otra.

Y la otra siempre me da bola.
Soy implacable, y hasta los indios norteamericanos eran mediocres.
Y hay más iglesias en América que en Europa.
Me dijo que era un delincuente, quiso llorar y se enamoró.

Tengo el síndrome del conquistado,
soy cianuro mi vida, y cada tanto me trituro el orgullo.
Me dijo que era la manzana del Edén, y yo mordiendo ausencias.
Seguir anclado acá sin tu amor, instantáneas de Lavalle.

Cuando te odio, te invento.
El día que el sol caiga sobre nosotros, estate segura,
que voy a escribir sobre nosotros, con mi pulso histérico y desvencijado.
De tanto andar con vos, lejana, me gusta lo que te pasa.

Yo no soy tu libertad viajera, pero si él que la provoca.

Y vos cada lugar que conocés, me querés más,
y eso siempre es más digno que decir que no. Que todo está perdido.
Y cuanta falta me hace hoy tu voz dormida.
Vos sabés cuantos balcones hay en el mundo, y cuales son necesarios.

No me habrás dado un espejo?
Los dos sabemos que sí, y me estoy dejando crecer la barba frente a él.
Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero, desde que sé que no vendrás más nunca.
Que maneras más rabiosas de recordar.

Te saco fotos en el parque y sos tan niña y tan luz.
Mariposas que emergieron de mi oscuro.
Euge tiene razón, soy gris y Urquiza paleta de colores.
Está pintando un cuadro y yo martillando los marcos.

Un hombre suelto no necesita medias naranjas.
Y yo con tanta gana de morder las manzanas.
Loca tuca de vos. Deseos fragmentados.
Encima en el laburo me ascienden al octavo infierno.

Dije laburo y se me fue la inspiración.

Chau, hasta nunca Coordinador!


“El verso que no llega
y yo queriendo regalar cuchillos y pañuelos,
ser sutil para el crimen.
Vestir de azul la muerte.” M.B.



viernes, 1 de octubre de 2010

Almagro Indiferente.

Una caricia y un silencio para vos.
Una copa de rincones anónimos, levantada en mi balcón de primeros de enero.
Dos miradas que miran cosas distintas en plena complicidad.
Una mueca justa que nada tiene de especial, y dibuja incertidumbres.

El fogonero necesita de la guitarra para llamar a los grillos.
Un fin de semana en Punta Indio y el regreso por la autopista del sur.
Una pitada y el beso que brilla en los ojos de la seducción implacable.
Con las manos detrás de tu cintura te me venís al humo.

Con el mentón guiando aquello que empezó como un juego.
Una voz anhelante, hola, chau y no te vayas.
La recolectora se regocija de verme tropezar en tu cama sin límites.
Las frases simples esconden el mayor misterio.

Donde se ha visto a un sabio tartamudear frente a vos?
Ponele que te gusta una chica, ahí empieza esta historia.
Cuando se ha visto coger a los dioses? Y a Rambo?
Una pendeja y un huérfano de cucharitas.

No hay nada para mostrar, no te vistas a escondidas.
Alguien se pone a pensar en palabras, ahí termina esta historia.
Fuiste, caminaste descalzo y te compraste una biblia.
Pero te sangran los pieces y al carajo las parábolas sagradas.

No hablaré de hoy, ni faltas, ni soy, ni veredas.
Yo tenía diecisiete y ella dieciocho, sonó Tango Feroz.
Ella venía de una fiesta y yo estaba “cuidando mi casa”.
Y fuimos tanto, que hasta un escritor se sorprendería.

Hace mucho que no escribo un poema.
Pero hoy es un día de parpadeos.
De sogas hacia lugares dispares de mí.
Un beso en el cachete, una sonrisa de esas y hasta luego señorita.

Y caminaré, medio rengo, medio distraído.
Resulta que este día vino con octubres, eneros, abriles y noviembres.
Víctor necesita tormentas y apagones.
Y Ernesto canciones y ver el mar.

No sé por qué, pero hoy Almagro no me necesita.
Ni yo a él, ni a vos, ni a nadie.
Será libre esta noche Almagro?

domingo, 26 de septiembre de 2010

Frágil. Cicatriz.

Ese día llegará.
Porque si algo real en todo esto hay es que buscamos ese momento pleno, esa pequeña libertad. Nos pasamos los días despertando sin querer, huyendo del sueño hermoso.
Imaginando que podremos repetir esos instantes perfectos, con la persona justa. Haciendo, creando lo que nos llena en serio, nada de estupideces, de seguridades necias.
Ese día tiene que llegar, sino todo lo que hicimos se cae, por el propio peso de la banalidad, por el devenir en vano.
Me imagino esa pirámide, y tal vez no haya secta, no exista Vidal Olmos, ni la carne quemada, simplemente sea que debo empezar a desanudarme, a desentenderme de todos mis miedos, que me engañan, que me ponen a escribir sobre títeres, sobre horcas y suicidios inútiles. Entonces pongo hoy el foco en ese día.
Y qué más da si alguien maneja los infiernos, es dueño de todas mis faltas y me maneja, me hace actuar para divertirse viendo explotar al mundo. Eso no importa, porque al final, si fui un mal tipo en ese momento y en otros, lo fui porque soy así. Porque no me escapé de ser, indigno de ser.
Cicatriz y cremas rejuvenecedoras.
Soy el jardinero de las flores negras, soy Martín buscando el fuego de Alejandra, soy David enseñando a Lucía a ser leve. Soy la madre de Cristian, juzgando su muerte como si no fuera culpable de parir a su verdugo.
Soy Nicolás, herido de muerte por empezar a vivir amando, por comprender que la mujer de tu vida puede no enterarse nunca.
Cicatriz y cirugías reconstructivas.
Soy un títere, de mis antojos, de mis fantasmas reflexivos que van creando esta novela a su antojo y con sutil sapiencia.
Soy Nahuel volviendo de su exilio, comprendiendo que no alcanza con escapar. Que puedo sobrevivir en la huida, pero a la larga o la corta voy a tener que pararme frente al espejo del baño materno.
Cicatriz y el filo que se relame.
Soy una sombra en el aire, el ideal de hombre, Rafael, aparezco para llenar de sexo los deseos de cualquier mujer. Digo la frase justa y acaricio la piel de la fantasía realizada, te hago acabar como nunca antes lo hiciste, como siempre antes lo imaginaste.
Soy el parque centenario, y le doy cobijo a todos mis anhelos de niño de provincia y empiezo a armar territorio conocido, amable en tus calles de todos los días.
Ese día se demora, pero sé que está llegando. Porque al final de cuentas, todo preso sabe que su libertad no es condicional.
Uno cuando empieza, dos cuando busca, tres cuando encuentra, ambos cuando acaricia, ninguno cuando pide, algunos cuando aplaude, muchos cuando imagina, todos cuando miente y defiende su verdad.
Siempre será posible arrimarse al fuego, pocas veces encenderlo.
La mujer de blanco no existe. Estuvo sentada sobre el muro del cementerio, estuvo encima mío cuando descubría la humedad, intentó salvarme de la podredumbre del riachuelo, escapó por mi sien el día de los ángeles arrepentidos, jugó al ajedrez con mi cucaracha gigante, cagándose en el dios detrás de dios que movía mis piezas. Esa mujer no existe, y yo tampoco existo, tirado en el sillón podrido que acomodó a mi viejo y antes guareció a mi abuelo.
Soy un umbral oscuro, efímero y final.
Cicatriz y la aguja que inyecta la anestesia.
Soy una biografía, un error de buenas intenciones y una sombra.
Soy el retrato en Brasil, con todos nosotros posando para el viento, la arena y el tiempo que nunca nos volvería a dar la chance.
Soy el ritual secreto y encriptado que esconde la verdad de todas nuestras ansiedades, o al menos las mías.
Soy Almagro, profundo y profuso, soy alma y magro, soy Gardel y la pera contra tu mesa de madera, de madre herida y virginal.
Todos somos frágiles frente a alguien, soy Sergio y en esta palabra termino mi relato.
Frágil. 

 
El resto depende de ustedes y sus propias fragilidades.

viernes, 24 de septiembre de 2010

La vereda de Ernesto

Desde la primera vez que escuché ese tema, sentí algo particular, como que me imaginaba reflejado.
Con el paso de los años y algunas (bastantes), malas decisiones al fijarme en mujeres, iba cambiando la profesión del padre de “la hija del ...”, hoy la escuché en la calle, un muchacho de un parecido físico novelesco conmigo, la cantaba tirado en la vereda, y hacía ese juego de cambiar los trabajos del supuesto papá. Me detuve, escuché hasta el final su versión maravillosa del tema. Le pregunté su nombre, Ernesto me dijo. Le conté la coincidencia en el juego de los papis, se cagó de risa. Me dijo que era obvio, “porque la letra es tan universal, que algún cabo tenemos que atar”.
Le pregunté qué hacía de su vida, me contó que era escritor, que le gustaba decirles a las pendejas más crédulas que las amaba, porque así las dejaba atar cabos a ellas con sus novios del olvido, y el resto era pan comido. Ahí me reí yo, le narré mi último desamor, y todas las fantasías que ambos, mi novia del olvido y yo, habíamos tejido. Me recordó la frase “que a los ciegos no le gustan los sordos” y ahí, en pleno Almagro profuso, entendí todo.
Me sentía como un niño hablando consigo mismo en diez años. Claro! Exclamé.
Me fui hasta la esquina, le pedí una birra a la Rusa, esa señora tan fría como fascinante. El envase? Ahora te lo traigo. Cuando caminaba de vuelta a la vereda de las revelaciones pensé, que hacía por lo menos tres años que no decía la frase “ahora te traigo el envase”. Todo tan programado, hasta la bolsita con las botellas...
Me senté al lado de Ernesto, le pasé la quilmes, tomó un buen trago y me preguntó si quería escuchar algún tema en particular, le dije que no, que él guiara su recital. Y como quien no quiere renovar la energía del lugar, siguió con Los Redondos, Todo un palo (en la sien...), cuando cantó que lo veamos con mis ojos, frenó y preguntó, y a vos cómo te llaman? Depende, respondí. De nuevo su risa contagiosa, me hizo un brindis con el puño y siguió hasta el final, fue tan completa la interpretación que inclusive llamó a los gatos con silbidos.
Cantamos a dúo, bajamos el litro en dos minutos y cuando me iba a levantar para comprar otra, me dijo: “esta la invito yo, no vayas a creer que este es un concierto pago”, sonreí y me fui de la Rusa cantando. Soy aire en tu mira y te vi salir desnuda sobre el mar.
Se me vino un reflejo encima, los días después de volver de Perú, me sentí así de nuevo, liviano, inmune a las boludeces ajenas y propias. Que rápido me mareo, yo me busco en el fondo, porque en las nubes me sobra el aire.
Y luego pensé en eso de tener que irse de viaje para encontrarse, pero encontrarse con quién? Si en esta vereda que tropecé con Ernesto, era lo mismo...
Cuando volví, él ya no estaba, ni rastros de el muchacho con mis ojos, en la vereda de las baldosas flojas.
Me senté en el mismo lugar. Pensé en ellas, todas ellas mezcladas en una sola sombra diáfana.
Y comprendí que Ernesto estaba tocando en otra parte, y yo estaba pensando en otras veredas.

Me levanté, crucé de vereda y caminé silbando a los gatos. Por primera vez no iba a caminar sobre mis pasos.

La hija del Fletero (?)

La hija del (...), linda, infinita.
Volvió a Madrid, donde parece que es feliz
Ese día me mando al descenso
Recuerdo como su mirada me volteó
Pero dos que se quieres, se dicen cualquier cosa
Ay ! si pudieras recordar sin rencor.
En mi buzón hay un par de cartas suyas
Fueron juntándose y no tengo el valor...
Todavía su amor me da descargas
(nunca tuvo ni higo seco junto a mi)
Pero a los ciegos no les gustan los sordos
Y un corazón no se endurece porque sí
No calentás la misma cama por dos noches
Me reclamaba y no la quise oír
Hice de todo por impresionarla
Y dejé huérfano todo su penar
Pero dos que se quieres, se dicen cualquier cosa
Ay ! si pudieras recordar sin rencor.
No me gustó como nos despedimos
Daban sus labios rocío y no bebí.
Sopa de almejas es todo lo que como
(siempre fui menos que mi reputación).
Pero a los ciegos no les gustan los sordos
Y un corazón no se endurece porque sí.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

El sillón, el estacionamiento y el tocadiscos.


No sé como volver a casa.
No pasa nada, yo tampoco.


Dos jóvenes toman unos apetecibles tragos, echados en un futón rojo.
Se miran de reojo, no dicen nada. Se escucha un tocadiscos girando en falso.
De pronto la chica deja su vaso en un costado y mirando al chico dice:
“de esto no se puede hablar en una película”
El chico mira hacia arriba, toma un trago largo y susurra:
“te parece que una metáfora será mejor punto de partida”
Ella sin mirarlo responde “no sé si de partida, pero al menos no será de llegada”

Se quedan en silencio, se miran cada tanto, ensayan sonrisas tímidas, él enciende un cigarrillo, ella mira fijo a la llama, toma lo que queda en el vaso, apoya las manos en las rodillas, él deja la ceniza en un cenicero de pie de madera. La mira, luego a su mano libre, toma otro trago, pita. Ella mira directo a cámara y luego fija sus ojos en un punto alto de la habitación. Él se cruza de piernas, le echa una última mirada a la chica. Se quedan inmóviles durante dos minutos, se escucha el tocadiscos girando cada vez más rápido.

Fin.


Vi tu foto y me dormí en una habitación. Quién debería ser? Qué debería hacer?
Me gusta imaginar que leés esta nota desayunando.

No quiero sufrir por amor. Que coincidencia, yo tampoco.

Alguna vez te sentiste no deseada por mí? Yo también.

Pasa el tiempo y no sé si estás desnuda o tenés un solo vestido...


En medio de un estacionamiento hay un sillón que alguna vez fue lujoso. Las paredes del lugar están perfectamente numeradas y separadas por líneas amarillas.
Se escucha de fondo un auto que no termina de arrancar, parece que arranca, pero no, falla.
Sentado en el suelo, del estacionamiento 27 un hombre intenta acomodarse al duro suelo de cemento. Mira al sillón que deja ver por una grieta de su tela la punta de un resorte desvencijado.
El sonido del arranque se vuelve pronunciado, parece que finalmente va a arrancar, pero no. Se ahoga.
El hombre intenta levantarse, resbala, decide quedarse en el suelo, se recuesta, sus manos atraviesan las perfectas líneas amarillas que separan el estacionamiento 27 del 26 y del 28. Queda tirado con los brazos abiertos.
El sillón se ilumina de golpe por una luz blanca que le da de frente.
Se escucha el sonido del auto, finalmente arranca, acelera un par de veces, el sillón permanece iluminado y el hombre queda en penumbras al costado, la luz gira. El ruido del auto se escucha fuerte, y se aleja. Se aleja cada vez más. Hasta que ya no se escucha.
El estacionamiento queda nuevamente en una semi oscuridad. Silencio.

Fin.


El exceso de pensamiento puede motivar estas desviaciones.


Nos reuniremos en una habitación.
Nos abrocharemos los cinturones, entablaremos conversación.
Nos tranquilizaremos sin culpas, sin mentiras, sin miedo, desacuerdos, sin juzgar.
Estaremos, responderemos, ampliaremos, incluiremos y nos permitiremos perdonar.
Disfrutaremos , evolucionaremos, distinguiremos, preguntaremos y aceptaremos, admitiremos, divulgaremos y nos abriremos, buscaremos y hablaremos.
Esta es mi utopía, es mi utopía. Es mi ideal, mi finalidad. Utopía, es mi utopía. Es mi nirvana.
Mi máximo. Abriremos los brazos, nos arrojaremos. Caeremos a una red de seguridad. Compartiremos y escucharemos, apoyaremos.
Y recibiremos impulsados por la pasión. No como una inversión a resultados, respiraremos.
Y seremos encantados, divertidos por la diferencia. Seremos gentiles y tendremos espacio para cualquier emoción. Crearemos foros, hablaremos en voz alta.
Seremos escuchados, nos sentiremos vistos.
Nos opondremos a los obstáculos, más definidos, agradecidos.
Sanaremos, seremos humildes. Seremos imparables, tomaremos y dejaremos ir.
Y sabremos cuando hacer cada cosa. Liberar y desarmar elevarnos y sentirnos seguros.
Esta es mi utopía, es mi utopía. Es mi ideal, mi finalidad. Utopía, es mi utopía.
Es mi nirvana. Mi máximo. A.M.

No sé como volver a casa. No te preocupes, nadie sabe.

domingo, 12 de septiembre de 2010

El Tiempo astillado.



En el cuartito apartado, adonde nunca llegó el viento árido, ni el polvo ni el calor, ambos recordaban la visión atávica de un anciano con sombrero de alas de cuervo que hablaba del mundo a espaldas de la ventana, muchos años antes que ello...s nacieran. Ambos descubrieron al mismo tiempo que allí siempre era marzo y siempre era lunes, y entonces comprendieron que José Arcadio Buendía no estaba tan loco como contaba la familia, sino que era el único que había dispuesto de bastante lucidez para vislumbrar la verdad de que también el tiempo sufría tropiezos y accidentes, y podía por tanto astillarse y dejar en un cuarto una fracción eternizada.



viernes, 20 de agosto de 2010

Cenit.

Me escribís canciones?
Perdón, he estado distraído entonces,o quizá no me quiero hacer cargo.
Tus cartas deberían de llegar.
Llegaron pero me las mandaron de vuelta.
Yo pensaba que era una receptora emergente, algo así como una intermediaria entre vos emisor y una receptora real en cualquier otra parte.
Sí, eso también, no te gusta el doble rol que te di?
Sí.
El problema quizá es el mismo de siempre, nunca desempeño bien ni uno ni el otro
Yo tampoco, pero si.
Es posible que estés vistiendo a alguien más con tus vestidos
Más que posible es justo y necesario.
Siempre algo a condición de un contrario, siempre, esa es la mejor definición de esta vida.
Eras un desconocido que me quería porque se lo pedían mis ojos de cartón, tal vez no por el hecho de querer quererme.
Y si nos confundimos de lugar?
Nos confundimos y listo. Qué problema hay?
Es que, no somos nada hoy, si no alcanza con este poquito de ser que nos prestamos, que entonces?
Por eso somos tan nosotros, que no somos nada.
Escuchamos juntos?
Yo bailo con mi canción y no con la que me toca, yo no soy la libertad, pero la provoco...
me pongo el sol al hombro y el mundo es amarillo
Me acabás de cambiar sutilmente la vida, y no te diste cuenta...
Todo culpa tuya, Vestidos.
Y te arrepentiste después de la elección?
No.
Por ser tan yo con vos, ni el desayuno preparé.
Pero debe ser que la mañana te queda linda y me olvide
Vos sos todo complicado, martes 13 violeta.
A veces camino lento, pero con decisión.
Pero no exageres con la espera, Facundo.
Él soy yo, él que imagina cachetes, soy yo.
Che tu hermana es hermosa.
Imaginaba un beso, en el instante mismo en que la mujer deseada hablaba por su celular, era como taparle la salida al pasado.
Quería paz, quería pensar en que hacer con tantos días.
Quereme, mis pasos van por la vereda.
Vas a coger?
Es la pregunta perfecta.
Y quedó ahí en un rincón, esperando que fuera el tiempo de buscar las monedas para tomarme ese bondi.
Fue extraño, pero me gustó sentirlo
La vez esa, cuando íbamos en el colectivo tomando mate, nada...
Te vas a morir joven si seguís emborrachándote todas las noches
Y sí, eso es uno de los seguros.
Estuve pensando en que verte en horizontal es toda una visión.
Te ves muy distinta, con esos ojos en primer plano horizontal.
En ese plano cenital.
Luz?
Viene del cine, o de la biblia.
Tus ojos son cenitales
Seria enano el plano, aplastado.
Algunas cosas se ven mágicas con ese plano.
Todas mis promesas las cumplo, o las olvido.
Vayamos por el mal camino, que será bueno más temprano que tarde.
Vos sos vos y yo, yo y ambos puede que seamos nosotros cuando menos lo pensemos.
O no seamos nada y sigamos levantándonos cuando el otro se acuesta.
Te das cuenta?
No, mejor no te des cuenta.
Solo mirame cenital.
Bueno hoy duermo de mi lado ya se fue.
Tu aroma...
No lo destapes eh!
Yo tengo ganas ahora, tengo ganas mañana y tengo ganas todos los feriados
Fue una pregunta?
Una retórica.
Una retorcida.
El diablo fue al mar a escribir la historia del mundo, pero no había mar.
Dios la había bebido.
Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo.

domingo, 15 de agosto de 2010

Guardar como.

Yo busco una canción.
Una que me describa y a mi deseo, pero hable a los otros.
Que me de paz, pero también incomodidad de niño adolescente.
Que me sorprenda, pero que sepa lo que dice el estribillo.
Que la entienda, pero aun así, cada nueva vez que la escucho, me ponga a pensar en cosas distintas.
Una canción que me haga sonreír, y me haga dudar.
Busco una canción que nunca aprenda a tocar con la guitarra, pero que pueda cantar sin desafinar.
Una canción busco, que diga que nadie debe obligar a nadie a que haga nada.
Una canción que hable del mundo y sus miserias, y que a la vez describa mis bolsas de basura en el patio del fondo.
Yo busco una canción. Y al buscarla me salgo de mi senda de sordo y mudo.
Yo busco una canción que no se pueda descargar por mensajes de texto.
Una canción que solo suene en vivo, y en directo.
Una canción que se cante errando, y se escuche acertando.
Una que cuente como voy caminando por la vereda de la sombra destino tu puerta del sol.
Una canción tomada por el sutil devenir, por ese gesto, esa mirada, que redefinen quien canta y quien escucha.
Solo una simple canción, un sonido que alguien compone para acompañar al silencio, para mostrarle a alguien amado, para sentirse protagonista, para sentirse espectador, para cantar a coro, para escuchar rozando la espalda del deseo, para bailar y besar un cuello, para mirar en las penumbras el brillo de tus ojos, o solo para escucharla, una simple canción.
Yo busco una canción.
Estará por ahí esa canción que me busque a mí?

sábado, 7 de agosto de 2010

Canción de la primavera atrasada.

Es día de frío y llegas a casa
vienes de la tarde cansada de un jueves
los muebles tu perro y millones de ojos
están como siempre esperando tu vuelta
en la que presientes que nada ha cambiado
te espera lo mismo, el sueño a pasado.

Recoges tu pelo tan libre en la tarde
quizás porque alguien nunca lo vio preso
te sientas y cenas y todas las culpas
te dan con un peso mayor que tus fuerzas
y pugnan tus ojos y esta tarde loca
hasta que eres débil y tapas tu boca
Cuando todo pasa te crees segura
mientras con tus horas revuelves cenizas
presientes muy dentro pasiones prohibidas
no importa mentirse para ser felices
hasta que un deseo se meta en tu lecho
mas ¿qué estás pensando? te tapas el pecho.

Pero necesitas quedar bien con todo
todo que no sea bien contigo misma
la angustia es el precio de ser uno mismo
mejor ser felices como nuestros padres
y hacer de la lástima amores eternos
hasta que a la larga te tape el invierno.

jueves, 5 de agosto de 2010

Y.


Y es como vos decís.
Para ese entonces yo seré olvidado por ese vestido del 2046.
Ya no tendré este nudo en la sien, tendré otro.
Hoy me salen todas las frases entre signos de interrogación, tengo que intentar detenerlas.
Es un vicio no describir sino preguntar.
Y es como vos decís.
Hay que despegarse de lo que duele. En 2046 espero haberlo intentando.
En esos instantes, en que somos sonrisa hay un encuentro, hay un rincón.
Esa lucidez debe permanecer, pero se emborracha de día y se descompone de noche.
Es un despojo mirarse desde los restos de la instantánea.
Y es como el tacto dice.
Para abrazarte tengo que aprender a tocarte primero.
Vos venís caminando en cámara lenta, pero vas a pasar de largo.
Ahí vive el momento que define la eternidad de un sábado a la noche.
Cuando uno pone música cree que lo hace para acompañar una situación,
pero la música está construyéndola.
Mañana es domingo y espero escucharte cantar. Sino el domingo será más domingo que nunca.
Y es como una bachata negra chocarse con las consecuencias de lo que uno mismo hizo.
Pero vamos chico! Tampoco es que alguien haya muerto, una ruptura tiene rastros de redención.
Es como ella dice.
Y la imagino cantando bajo un olmo, sonriendo feliz. Y espero, o quiero, que su vestido venga con un amor.
Lloremos hoy Vestidos del mundo, que esas lágrimas servirán para hacer más rosados los cachetes del futuro.
Justamente hoy mirando en el espejo, me di cuenta que mis lentes nuevos tapan las marcas de varicela que me acompañan desde los 5 años.
Y si no hay cachetes en 2046, al menos nos quedarán las ganas de imaginarlos.

sábado, 31 de julio de 2010

El baul de los olvidos.


les dejo un par de letritas de cuando era adolescente, hoy golpearon en mi ventana pidiendo entrar.

Nosotros.

Hay un vaso frente a mí. Hay una luna a mis espaldas.
Hay una mujer que me mira. Hay un bebé que llora en mi oído.
Hay un beso en mis labios. Hay una araña en mi pelo.
Hay una caricia en mi mano. Hay un gestito en mi mejilla.
Hay sexo en mis dedos. Hay desierto en mi garganta.

No hay palabras en tu boca. No hay excusas en mi pasado.
No hay café en mis mañanas. No hay sábanas arrugadas en tu cama.
No hay juegos en tu trabajo. No hay dulzura en mi toalla.
No hay guiños en tus ojos. No hay razones en mi confesión.
No hay cristales en tu ventana. No hay ventana en mi tumba.

Hay humo en tus lágrimas. No hay lágrimas en mi cigarrillo.
Hay música en tu soledad. No hay soledad en mis sueños.
Hay indiferencia en tu saludo. No hay saludos en mi partida.
Hay cerveza en tu sinceridad. No hay sinceridad en mi silencio.
Hay miedo en tu voz. No hay voces en mis miedos.

Hay y no hay.
Hay vos y hay yo.
No hay nosotros.
Hay vos y él. Hay yo y ella.
No hay nosotros.


Guardás silencio mientras me enseñás eso

comienzan a cerrarse los soles
el destino acelera hacia tu noche
los brazos no abrazan más que dudas,
los párpados fijos aburren el mirar.

el inútil cuento melódico
surte el peor efecto que hubiera narrado.
el peso del cansancio cae sobre olas
de arrugadas sábanas testigo
del postrado sexo deseado.

te acompaña el odio tapado hasta los ojos
con el solo objetivo de aparentar olvido.
el colchón de inseguridad choca
con el discurso revolucionario del velador
cansado de desnudar.

fiebre de la almohada, que envenena
el sueño que pasea por tu sien
y me cuesta recordar el por qué
de tan armónica sensación.

crimen de costumbre, asesinato del inocente;
comenzás a sangrar y guardás silencio
el ardor del filo agudo
sobre la piel de tu memoria
se vuelve insoportable,

y guardás silencio,
ningún ruido más aca de tu noche
el llanto se vuelve incestuoso y
aclamado, salto desde un hueco en el óleo
y caigo sacudiendo tu libertad


te despertás en aquel momento
y sin apartar la vista de mis manos
me mostrás lo decisivo del instante
y sin turbar mis anhelos,
guardás silencio.


El baile piramidal

Sin besos no hay silencio.
Sin risas no hay silencio.
Sin abismos no hay silencios.
Sin silencios no hay silencios.

Un baile húmedo por fuera del acorde disminuido. Una versión deja abierta la puerta del pasado. Corren unos tras otros los oscuros con miedo a la noche.
Sencillo instante que roza la eternidad llena de música y vuela suave tu percepción por nuestras miradas.
Alguien dibuja los contornos de mil cuerpos que no existen, que bailan rasgando al silencio.
Una sala vacía, distante y tres luces titilando. Tres pares de amores y dolores se mezclan tímidos.
Uno recuerda, una imagina, y el tercero se confiesa.
Alguien, algún, algo y los deseos descansan.
Nadie, ningún, nada y los deseos bailan húmedamente.

Sin misterios esta película no te preocupa,
pero tampoco te sorprende.

Sin dudas esta canción no te pone nerviosa,
pero tampoco te dan ganas de cantarla.


Cerrando este antojo de la antología de los recuerdos, unas frases de Pessoa como para abrir el cajón.

Casi anónima sonríes y el sol te dora el cabello,
¿Por qué para ser feliz hace falta no saberlo?

Pensar en el sentido íntimo de las cosas
es como llevar un vaso de agua a la fuente.
El único sentido íntimo de las cosas
es que no tienen sentido íntimo alguno.

Jubilados del Ser.

y que importa si voy en un rato a la fiesta de todos?
para ese entonces yo ya no seré el mismo, tal vez en ese momento ya no suene Serú en mi memoria.
vos te equivocás, a vos te hablo mundo de palabras y prejuicios.
leda, no queremos ser lo que somos, esa es la única mano que queremos que nos toque.
y cuando alguien me nombre alguien que quiere ser quien es, se acaba el chiste.
porque después vienen todas las pelotudas convenciones, las mentiras de que yo soy lo que quiero ser, en ese punto o sos un gilazo o tenés ganas de quemarle la cabeza al pobrecito otro.

yo diría que el 99 es de gil y el uno es de cínico, porque haciendo una radiografía de la boludez, somos tal para cual...
hoy escribo todo así, con faltas, con poca ganas de sintaxis, porque me parece que el debate mayor se da en ese punto, en la forma y y en el contenido, mierda carajo.
no sos un vidrio, ni soy un espejo, somos puro desear, y poco reflexionar.
discuto a muerte con la idea de que haya una cata, feliz inconexa, y tranquila, no por querer negarla en su cuna de oro y caricias justas, y en procesos exactos, en instituciones pródigas, eso es cata, y eso existe.

discuto con que cata, está ahí para tentarnos con la idea de que es real, cata no es más que nuestros anhelos convertidos en motor. Con que cata exista, con eso discuto, es como dios a mi tía, como freud al feligrés del diván, solo una idea, un imaginario ficcional, como tinelli a josé audiencia.
El lobo queridos amigos, es uno mismo. Y cuando pretendemos no ser infelices, estamos negando la característica unificadora del hombre, el desasosiego.
nadie, Nadie, puede escaparle a desear ser algo más cuando hay que ser menos.
Bauhaus, menos es...


a alguien podrá importarle que no vaya hoy de Marquitos? no creo, a alguien podrá importarle no ir de Marquitos? no, a Marquitos podrá importarle no estar como marquitos en su propia casa? no.
porque no somos nada, cuando pretendemos ser algo firme, porque creemos que somos Marco del cuadro que pintan sobre nuestra vida.
no somos esencia, no somos inalterables, no somos verdad ni recuerdo.
y cuando elijo si me baño o si me duermo, elijo concienzudamente sobre que voy a desayunar mañana, en eso está la verdad, esa puta paz, ese cantar de gorriones imaginario sobre la lápida de nuestras pulsiones.

No querido, no hay plus, ni hay vida después de la muerte, porque no la hubo tampoco cuando era vivida.
que queda entonces? para que seguir escribiendo notas en el fuckbook, o leyéndolas, o estudiando materias, textos polvorientos, o laburando para juntar plata y poder laburar mejor, o mirando la tele imaginando ser la tele, o depositando el no ser en el hijo que viene impoluto, liberado del pecado original, y del pescado alucinante...que queda? eso que está entremedio de lo definible, eso...ESO... es la vida que viviremos.
hasta que no nos guste ser jubilados de lo que no pudimos ser.