Una hoja al alba.
Una hoja en la tormenta,
Deseo de paz que se arremolina,
Inmenso bosque que invita al descanso;
Cuando el viento ensordece los sentidos.
Perturbada la frágil hoja elige,
Desecha sueños y anhelos en su cobardía
Y se lanza a la quietud del árbol
Escapándose así de su encadenada libertad.
Otra hoja en la tormenta observa,
Descubre que la tranquilidad del bosque
Es un simple espejismo de la inseguridad,
Reniega de su humanizada compañera
Y cargada de ficticia rebeldía elige,
Grita en medio de la tormenta,
De tanto gritar ya ni escucha al viento
Y se lanza a su eterna soledad.
Tantas hojas duermen a la sombra
De los árboles que las retienen, que las
Alejan de tormentas y cambios.
Tantas otras vagan por las corrientes
Buscando un poco de quietud,
Libres de árboles y atrapadas por tanta libertad.
Cada hoja elige, con diferentes motivos
Regalando euforia, o tranquilidad; y
Las cuestiones las guían en lo desconocido.
Imagino pues, esa tercera hoja que se largó
Del árbol y el abrigo; que herida por
Las ráfagas incontenibles danzó en su tormenta
Y que fascinada por los misterios buscó y
Hoy sigue haciéndolo, ese rincón, ese paraíso
Aquel lugar que reúne hojas solitarias
Y les renueva humedad y finales.
Sin darme cuenta la sigo, comprendiendo que no escapo,
Ni me escondo,
Sueño hallarla, que me bese desnuda,
Quizás tomando mi mano se lance al vacío;
Y tal vez descubramos que no es
Más que ese soñado rincón,
Y es nuestro.
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