miércoles, 24 de agosto de 2011

Menos Rial y más Bertuccelli.



En la vida hay que aceptar, pero no dejarse dominar.
Aceptar que mucha gente no tiene vida, por lo tanto, camina colgada a los hombros de los que sí vivimos.
De los que pifiamos, nos contradecimos, somos impulsivos, damos un beso cuando suenan los redondos y las campanas del futuro.
Esa gente dice, puede contar cualquier cosa, mentir, repetir sin corroborar, no importa.
Hay que dejarlos vivir por nuestros pasos.
Nuestros pasos al costado, hacia adelante y reculando.

En la vida hay que sonreír, pero sólo cuando no sea para comprar a alguien.
Sonreír es la sutil pintura del deseo.
Mi vieja me dijo algo maravilloso, los chismes y los rumores son el sentido de algunas vidas. Sin eso tendrían que escuchar el silencio y la conciencia de sus propios actos.

Estoy contento, feliz, sin ansiedad. Naty dice que entonces saboree el chocolate en mi paladar.

Estoy diciendo que no me voy a ir. Vine para quedarme. Hace meses puse música en el umbral de tu casa de velorio.
Di vueltas alrededor de mí. Me preocupe por mí, y nunca me ocupé de saber los porqués.
Hoy!

El telón de lo que vamos a representar. Todo ahí. Sobre las tablas, tinglados y tirantes.
Ratas, escapen contando cosas que no conocen, haciendo daños gratuitos. El mundo está lleno de Jorges Rial.
Menos mal que también hay Valerias Bertuccelli.

Al final papá era parecido a mí cuando tenía veinte años. De a poco está volviendo a su juventud. Yo también.

Esta nota está auspiciada por Branca y Austral. Y Romina Ricci, también puso guita.

Y si acaso somos complicados? Y si gracias a eso somos tan hermosos?
Quién quiere un compañero amante del beisbol? O una amante de la seguridad y los secretos?

Hoy que vi los techos de buenos aires, veo en mi casa el cielo.

Fui promiscuo, volátil, inconsciente, necio.  
Sospecho que hoy empiezo a ser canción y tengo la impresión de que seré tu sol, si logro ser tu canto. Si seco un llanto.

Cuando venga de un pozo la música, cuando salga del pasado la voz que nos hace hablar,
cuando las palabras nos suenen repetidas, gastadas, dichas en otras vidas.
Tendremos que colgar los fantasmas al sol.
Y que el resto se desviva maldiciendo nuestra luz.

Mirando para adentro marea mirar el mar de afuera.

Yo no sé nada sobre nadie. Pero creo algunas cosas sobre todos.

Pongo deseo a represión.
Pongo sinceridad a doble moral.
Pongo acto para quién gusta de espiar.
Pongo palabra al golpe.
Pongo risa a la hipocresía.
Y pongo indiferencia a las mentiras que digan de mí.

Ahora se van a tener que conseguir otro espectáculo, Jorgitos.

Yo me voy a poner a pintar soles y a besar a la mujer que los imagina.

No hay que dejarse dominar nunca.
Soltar lo que no generamos, lo que no es nuestro, también ilumina al ser.

Finale.

http://www.youtube.com/watch?v=2YYp-Qj022o

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