sábado, 16 de julio de 2011

Tía psicóloga y abuelo sepulturero.


De nubes hermosas, me dejé sin duda enamorar, y en cámara lenta, te vi salir desnuda sobre el mar, soy aire en tu mira, soy parte sin fragmentar. (auriculares)

Flota sobre el mar y respira, la noche.

Existe las posibilidad de un momento de amor, de un instante de plenitud en medio de la peor de las catástrofes?
Cuando alguien está en medio del peor de los infiernos, puede darse el segundo para sonreír?

Es eso posible?

Hay imágenes en movimiento con sonido y luz que nunca abandonan los proyectores del alma sino que siguen pasando y pasando toda la vida, como en una cinta sin fin, con la misma precisión, la misma nitidez objetiva.

Dicen que los recuerdos son en blanco y negro. Yo creo que no, siguen intactos, iluminados por las luces tenues que los alumbraron cuando eran realidad.

Tengo un fémur en mi entrada y aun no aprendí a caminar.

Cómo debo ser (si me vienes a buscar) para darte más y abrazar lo que me das?

Mirada de ñandú. Siempre agarraste mi ficha  y la jugaste a la mano de un tercero.
En el casino vos te parás al lado de uno que está sentado jugando y apostás fichas a él
no jugás, él juega.
Vos ganás o perdés...
Perdonalo.
Ya lo hice.
No, perdonalo.
Bueno, te perdono.

Yo tengo una tía psicóloga.
Y yo un abuelo sepulturero.
Tenemos parentescos poéticos.

Dice Naty que cuando las cosas no son en ese momento, no son nunca.
Entonces, y cuándo sí son y después no?
 Yo creo que vos hacés preguntas para no ver la respuesta (estaba haciendo un ron, eso me da minuto extra)
es el chiste de tu tía psicóloga
la espina que lleva una rosa arriba
No soy yo el que teme en el puñal, y la traición
sos vos y Borges.


Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines: Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,

cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde ( repites vanamente )
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente

para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta

y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna

y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.

Sólo me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Siempre algo nos va a acechar, podemos verlo como un peligro o como una sorpresa.

Odio tu capacidad de homologar todo con todo, y nada con nada
Eso es mezclar.
No, es darle sentido.

quiero ser tu parte iluminada...
y vos... mi maravilla oscura
yo quiero ser tu parte despojada de trabas
y que vos seas mi parte ecuánime
yo ya caí en tu dulce abismo, no hay tiempos ni preguntas ahí
ya no depende de vos, ni de mí

A bordo de esta expedición, nos alejamos de la costa y nos acercamos a lo que somos.
Y tal vez seremos. Cuando no existíamos, ya había guerras por la comida y el amor.
Alguien teme que a nuestros hijos les enseñemos a volar.
Alguien nos dijo que tenemos que tener miedo.
Volemos.
No te dan ganas?
Si total sólo vamos en busca de un sueño. 

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