martes, 21 de junio de 2011

Puedo. Debo. Dedo.

Amando fuiste aflojando.
Lo cerca que queda lejos.

No está afuera el encuentro.
Puedo subir el techo o bajar el cielo.

Puedo subir al cielo y morir haciéndote el amor.

Puedo ir al norte para ver al viento matando umbrales.
Puedo escribir mil notas intentando hacerte carne.
Pero es más fácil ir a la carnicería.

Puedo fracasar otra vez, eso no importa.
Puedo buscarte en otros cuartos.

Cambió el cuarto.

Puedo acercarme para que me hieras.
O alejarme para que necesites.
Puedo hacer cualquier cosa Hoy,
pero Ayer me dice que mejor no hacer ciertas cosas.

Podés irte gritando, podés correrte y dejarme pasar,
podés mandarme mensajes a la madrugada, podés aceptarme en tus brazos.
Podés mentirme y contradecirte.
Podés no ser vos, sino alguien más.
Podes arrepentirte y amar a mi fantasma.

Puedo ser quien quiera hoy. Soy un niño de nuevo.
Un niño consciente y alegre.

Sufre sólo el que ama. Y él que no ama no me interesa.
Aquel que no ama no está. Va pasando, desfilando por pasarelas de hielo.

Puedo usar alpargatas o pantuflas.
Puedo dejarme llevar o llevarte.
No importa que escriba, nada será diferente por una palabra.

Lentamente levanté la copa hacia vos.

Ya entendí, aun sin entenderte, entendí.

Alguien dice que la música salva, otro alguien dice que no engancharse salva,
un voz dice que nadie salva.
Un vestido y un amor.
Un guitarra y una mujer.
Un beso y una flor.
Uno a uno, y así sucesivamente...

Puedo olvidarme pero no quiero.
Puedo conformarme pero no debo.
Puedo alejarme pero me pierdo.
Puedo pues dedo.

Me gustan las mujeres que se ríen,
y que inevitablemente me hacen sonreír.

No hay comentarios:

Publicar un comentario