domingo, 5 de junio de 2011

Alicia en el Bondi.

Te vas de viaje, un par de días a despejar.
Nada de todo eso te sorprenderá, pensás.
Y aparece una imagen, y te acaricia.
Estás de nuevo en el país, como Alicia.

Cuánto amor es necesario para no ceder?
Qué de todo esto puede realmente aparecer?

Viajás liviano en el medio de la nada.
Preparaste una mochila chiquita y despojada.
La felicidad es un arma de doble filo.
Una película de esas raras que cobra sentido.

Y si elegís caer en la tentación?
Hasta qué punto estás metido en una canción?

Vos sabés de los recorridos del lobo,
Y podés encontrar los impulsos del morbo.
Te frenás a tiempo cuando destella su mirada.
Andás en bici, vas buscando tu próxima parada.

Qué te hace feliz cuando no cantás?
Seguro la melodía  que todavía no ubicás.
Cuál es el sentido de este camino?
Está ahí clarito, en los ojos del nonino.

Puede que la canción que todavía,
o tal vez es la desconocida más IVA.
Sea lo que quiera el deseo,
y que no se quejen,
que no nieguen más a Eros.


La angustia es el precio de ser uno mismo. Silvio.

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