miércoles, 11 de mayo de 2011

Domingo. Y qué?



"Colgar suspendido en la sombra." (instrucciones para secar la ropa interior)


 Y qué si te digo que la próxima vez que te encuentre en el subte, te rapto?
Y qué si las señales no son otra cosa que el grito de los deseos amurados?
Y qué si me decís que no vas a salir y yo no encuentro la llave de la puerta de entrada?

Nadie tiene ninguna garantía de nada.
Todos deberíamos poner el cuerpo en función de nuestras palabras preferidas.
Algunos se cruzan de brazos y miran crecer las enredaderas en sus ventanas.
Otros corren alrededor de su cama y piensan que se están moviendo.

Y qué si no tenemos nada que perder salvo tiempo?
Y qué si el tiempo no se pierde, se vive en presente?
Y qué si le debemos la voz al silencio y no puedo dejar de escribirte?

Y qué si ahora te veo y no tenemos ninguna certeza para cerrar los ojos?
Y qué si no sé para dónde voy y te encuentro en un ascensor?
Y qué si no te conozco y te invento y te lleno de sentidos y no sos vos?

Y qué si te burlás porque quisieras ponerte seria y sonreírme?
Y qué si me quejo y no me dejo llevar por las pulsiones?
Y qué si no me preocupo por las consecuencias sino por los actos?

En invierno los días duran menos, hay poca luz.

Y qué si yo te abro el corazón y vos me decís iluso?
Y qué si es sólo un artilugio para abandonar antes de partir?
Y qué si yo soy obstinado y sólo creo en la manera en que me mirás?


Como un océano
Como un mar
Como río correntoso
Como lago inabarcable
No pude ser la gota
Música en el cántaro
Pausa que abraza y suelta
Los pájaros del deseo.

Mi seguridad no alcanza
Una lanza abrió un costado
Detrás de esta máscara
Hay un chico asustado
Quebrado
Quebrado
Miedo de morir
Antes de saber vivir.

Como altar de piedra
Como sacrificio
Como corazón arrancado
Como sangre en oleadas
No supe ser la paz
La hondura que no ahoga
La risa que perdura
La confianza que entrega.

Mi seguridad es falsa
La lanza abrió un costado
Detrás de esta máscara
Hay un chico asustado
Quebrado
Quebrado
Miedo de morir
Antes de saber vivir.

Pedro Aznar.

Y qué si en vez de hacer preguntas, nos ponemos a andar juntos? Por probar, ver cómo es, cómo sería, nomás...
Y qué?
Nada, sólo el tiempo afirma.
Sólo el tiempo responde con claridad. 

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