martes, 7 de octubre de 2014

El corazón de Barbie.





Algo está pasando hoy. Super, super, bien.


O todo mal.


(…)


En fin… todo comienza.


Algo del viento, de las esquinas, de las miradas. Algo de todo lo que no se dice.


Por más que el deseo se te caiga entre los dedos, sigue brotando.


Y corrés a alguien, lo ves siempre de espaldas yendo, y vas.


Pero un día se da vuelta y te mira fijo.


Y te espera, te ve venir.


Y dejás de correr, ahora caminás despacio.


Te acercás, sí.


Te acercás.


Pero ya no lo seguís, ahora lo vas a encontrar. Y lo besás, pero mirás fijo a cámara…


Alguien una vez dijo algo que nadie escuchó a tiempo.




Vivir el duelo. Un oxímoron. Como me cuesta escribir, tengo los dedos hiperventilados.


Qué será? Vergüenza? Si todo está ahí, en su justo lugar. En esa esquina.


En esas miradas.


Juguemos de nuevo. A quién estamos esperando?


Aquel sigue escondido, pero ya lo descubrimos.


Vamos despacio, respetemos los silencios. Duran años. Duran vidas enteras.


Hicieron una estatua con nuestro silencio. Y ahora la estamos trasladando a otra plaza.


Pero insisto, hay corazones que sólo laten en una carta del póker.


Y yo no quiero tener nada que ver con ciertas cosas que están ahí.


Tan desnudos, tan caóticos, tan genuinos. Tanto como podamos.


Pero no me tengas piedad, es un acto de amor.




Ana no duerme. Quiere jugar.


Viaja en el taxi, se esconde en el sobre que tiramos en un buzón transparente.


Mientras tanto te escribo, y te veo hablar. Pero no logro escucharte. No late.


Ella me necesita. Y las palabras se cierran.


Es una lástima, podríamos haber ido a construir la balsa.


Annie sabe cuando soy yo y cuando no estoy para nadie. Por eso algo está pasando hoy.


Todo se encadena, todo puede andar. Sólo hace falta ver las ventanas abiertas.


Alguien enciende un velador, y te quiere en su mesita de luz. Y está el mar. Y estás vos.


Es un fulgor. Y ahí está el Fogonero mirando al futuro.


Es un delator. Pero puedo caminar en vaivén, y darte un último adiós.


Para bienvenirte.


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