domingo, 16 de enero de 2011

Sin. Sin embargo, Con.



Ellos quedarán ciegos mirando estupefactos al sol.


Girar. Y buscar. Encontrar ese lugar. Armar la carpa y tirarse a ver el cielo.

Sin reloj importado, ni novia operada.

Sin destellos de ambición, ni decisiones egoístas.

Ellos se quemarán y serán bronceados fantasmas.

Caminar. Y desear. Ubicar en Villa Crespo el lacio sentido de la tranquilidad.

Sin necedad absorbente, ni prejuicios autorrealizadores.

Sin recibo de sueldo mortificante, ni gritos que recriminen.

En un balcón, y si hay pobreza material, en un parque.

Crear. Y producir. Y que una idea no quepa en un Excel.

Sin horarios, ni días hábiles, y segundos de ocio.

Sin jefes cínicos, ni objetivos moralizantes.

En un precipicio, con los pies colgando en el abismo.

Repartiendo sonrisas a quienes miren a los ojos.

Convidando mates a aquellos que quieran compartir el rincón.

Cantar. Y escribir. Dibujar anhelos que desborden de buenas intenciones.

Sin competencias, ni ascensos, ni máscaras o mapas mentales.

Sin ceros en la calculadora. Con sinceros. Con ellos y con vos mi amor.

Sin necesidades banales, ni camisas planchadas, ni baños de la conciencia.

Sin objetos en vano, ni bocinas estériles, ni apuro por morir.

Oler. Y mirar. Y tocar las texturas del presente y las cuerdas de tu cuerpo.

Sin obligaciones impuestas, ni responsabilidades que son de otros.

Sin taxis, ni bajadas de bandera a las pulsiones.

Sin televisiones, ni clarín y con muchos desayunos en tu palma.

Sin microcentros, ni amontonamientos de las angustias e impotencias.

Escuchar. Y aprender. Y conocer otras fragilidades y otros sentidos a lo mismo.

Cocinar. Y disfrutar la comida. Hornear y hervir.

Sin comidas al paso, ni amabilidades de vendedores desesperados.

Viajar. Y descubrir. Por el mundo, pero también por el barrio.

Sin valijas con rueditas, con mochilas con hombros y espaldas decididos.

Sin electrodomésticos inservibles, con elementos y herramientas irremplazables.

Dibujar. Y retratar. Dar vida y acompañar la vida ya puesta en marcha.

Sin dogmas, ni servidumbre. Con dudas y argumentaciones.

Sin maldad, sin hipocresía, sin violencia.

Con abrazos, con caricias, con vos.



Ernesto Rugoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario